Publicado en

La Moneda en obras: $4.600 millones costarían remodelaciones del Palacio de Gobierno

Los trabajos, que deberían iniciar antes de fin de año, incluyen la instalación de iluminación LED automatizada en sus cuatro fachadas, una nueva sala de lactancia, espacios de coworking, accesos universales, sistemas de ventilación renovados, y la restauración de pisos, puertas y ornamentos arquitectónicos.

Por Aldo Vidal Neira


La  leyenda dice que para construir el Palacio de La Moneda se utilizaron materiales nobles y autóctonos: arena del río Maipo; cal de la hacienda Polpaico; roble y ciprés de los bosques valdivianos; piedras de la cantera colorada del cerro San Cristóbal; y 20 variedades de ladrillos horneados en Santiago. La épica construcción comenzó en enero de 1876 y  todo indica que 260 años después, el palacio recibirá su aniversario con una importante renovación. 

Según los términos de la licitación que concluyó el 29 de julio pasado, el proyecto de “Conservación del Palacio de La Moneda etapa 1” debería comenzar antes de que termine el 2025 y se extenderá por 365 días, con jornadas nocturnas (de 19:00 a 6:00 de la mañana) para minimizar el impacto en las actividades diarias del espacio. El presupuesto asignado para los trabajos ronda los $4.200 millones, sin embargo la oferta económica preseleccionada, y que está a la espera de la adjudicación oficial, es de $4.600 millones.

Las principales mejoras incluyen la instalación de iluminación de todas las fachadas del edificio,  lo que incluirá  retiro de luminarias antiguas y la instalación de tecnología LED sin emisión de luz hacia el cielo. Reposición de canalizaciones eléctricas y ornamentos dañados. Además iluminación con temperatura cálida (2700K), automatizada.

Otro foco será la remodelación de las oficinas de la “cuadra B”, ubicadas al costado izquierdo del palacio, colindantes a calle Teatinos. Esto implicará la intervención en las oficinas 134 y AS-103C para habilitar nuevos espacios de trabajo y acondicionar los existentes. Además, se aprovechará la instancia para recuperar y restaurar los elementos originales de las oficinas.

En este mismo sector, se mejorará el espacio utilizado por la Dirección Jurídica Legislativa, ubicado cerca de la intersección  de la Plaza de la Ciudadanía y calle Morandé. En esta área se trabajará en la restauración de pavimentos, puertas, ventanas y parquet. También se realizarán mejoras en sistemas eléctricos, clima, iluminación, sanitario y mobiliario.

Las salas 109 y 111, cercanas al Patio de los Naranjos, serán completamente remodeladas para la implementación de espacios de “usos múltiples” lo que permitirá la creación de una sala de lactancia y un baño accesible.

En en la zona surponiente del subterráneo se trabajará en el auditorio Prieto, un espacio que se conoce como “el búnker” y que, según se dice, Augusto Pinochet mandó a construir a principios de los 80, debajo de la Plaza de la Constitución, para hacer sus actividades más secretas. En el espacio de 190 m2 y con capacidad para 150 personas, se realizará la conservación de muros, cielos y pisos, además de mejoras acústicas, lumínicas y accesibilidad universal.

Los cuatro costados tendrán cambio de luminarias, y el sector de las oficinas serán remodeladas

Un cambio relevante será el mejoramiento de la extracción de aire subterráneo, lo que implica la renovación de sistemas de ventilación y alimentación eléctrica en el túnel -1. Pero además, se encargaron “trabajos menores” como la conservación de 10 maceteros en el Patio de las Camelias. “El patio actualmente no cuenta con una propuesta más acabada de vegetación o paisajismo, teniendo diversos tipos de maceteros sin una posición específica”, señala el documento técnico. 

También se definió la instalación de señalética museográfica (tótems, placas, pictogramas), el reemplazo de la mampara 184 por razones “meramente prácticas, debido a fallas en sus hojas y no permite su correcto funcionamiento”, y la restauración de 6 puertas en el ala sur del palacio.

“El gran desafío de adecuar un edificio de fines del siglo XVIII al 2025”, plantea Natalia Jorquera, doctora en Tecnología de la Arquitectura y académica de la Universidad de Chile es que “los requerimientos de la sociedad, y por tanto de la arquitectura, van cambiando, entonces, cosas como la sala de lactancia me parece excelente. Pasa lo mismo, por ejemplo, con la accesibilidad universal. Antes uno decía ‘oye, el edificio tiene escalera y si alguien en silla de ruedas no puede subir, no puede no más’. Hoy, la accesibilidad universal es un deber”.

Miguel García, académico y exdirector del Instituto del Patrimonio Turístico de la Universidad Central, agrega que “todos los edificios patrimoniales, ya sea por la condición de sus materiales, de su estructura, por la agresividad de la ciudad o por sus reformulaciones de uso, con cierta frecuencia deberían estar sujetos a procesos de conservación y mantención”

El proceso de licitación para el proyecto concluyó en julio y la mejor oferta económica fue presentada por la constructora Pío V, encabezada por el constructor civil Hernán Cornejo Clavero. La empresa, que se encuentra en estado de preseleccionada, propuso ejecutar las obras por $4.600 millones, es decir $400 millones por sobre el presupuesto asignado. Las otras dos ofertas fueron significativamente más altas: Hugo Holmgren presentó una oferta por $6.357 millones y la Inmobiliaria e Inversiones Quilodran valoró los trabajos en $10.596 millones.

Hiperlatidos se contactó con la Dirección de Arquitectura del Ministerio de Obras Públicas (MOP), a cargo de la licitación, para tener más antecedentes sobre el proceso y el inicio de las obras, pero no respondieron a las consultas.

Natalia Jorquera considera que el presupuesto definido por el MOP es adecuado para un proyecto de estas características: “Me parece que está justo en la media, ya que los proyectos de restauración patrimonial son bastante caros. Yo, además de académica, trabajo interviniendo edificios patrimoniales.  Y los presupuestos, la verdad, es que son estos”.

“Los números pueden parecer muy grandes, pero es que la construcción no es barata. También hay un elemento que tiene que ver con la jerarquía del edificio y también con todo el tema tecnológico. Ese es un componente importante de cualquier remodelación de un edificio público hoy día, o debería serlo”, agrega Miguel García. 

De acuerdo con los expertos, un proyecto de restauración patrimonial rondaría las 80 UF ($3.130.676 aproximadamente) por metro cuadrado, debido a la especificidad de materiales y mano de obra. “Tienes varias restricciones, por ejemplo, los materiales. No es que vayas al retail y puedar comprar madera de pino aserrada verde y la pongas en La Moneda. Si tú vas a cambiar un pavimento de parquet, tiene que ser con la mejor madera, con el mejor maestro carpintero, que ojalá sea técnico en restauración. Los materiales tienen que ser de muy buena calidad, lo más fieles al original y una mano de obra especializada”, explica Jorquera.

La Moneda es uno de los edificios patrimoniales más relevantes de Chile y está protegida por la Ley de Monumentos Nacionales bajo la categoría de Monumento Histórico. Para los expertos, se trata de un verdadero hito urbano: no solo por su valor arquitectónico, sino también por su peso simbólico en la organización y memoria de la ciudad.

De estilo neoclásico, el palacio es una de las obras más destacadas del arquitecto italiano Joaquín Toesca y una de las primeras construcciones en el país firmadas por un autor reconocido. “Cuando él llega a Santiago, la arquitectura era muy austera, casitas de adobe sin decoración, de un piso. Las iglesias y la catedral eran lo único”, señala Jorquera. 

“Toesca hace este primer gran edificio a fines del Siglo XVIII, era monumental para su época. Elementos clásicos como arcos, columnas, balaustradas, eran cosas que acá no existían. Entonces marca un hito en la historia de la arquitectura chilena”, afirma la académica de la Universidad de Chile.

Actualmente La Moneda tiene cerca de 20 mil metros cuadrados construidos, cuenta con cuatro plantas y en su interior se pueden recorrer 30 espacios diferentes, entre ellos diversos salones (Montt-Varas, Pedro de Valdivia, O’Higgins, Prat, Azul, Rojo) y hasta una capilla. A lo largo de su historia ha sufrido varias intervenciones, casi siempre marcadas por crisis naturales (incendios, terremotos) o sociales que empujaron transformaciones en su forma y función.

Una de las más graves fue el bombardeo que sufrió el 11 de septiembre de 1973, en medio del Golpe de Estado al gobierno de Salvador Allende. Luego del impacto de los cohetes rockets, un incendio de proporciones consumió una parte importante del edificio y agravó las pérdidas en la construcción.

“El gran quiebre que sufrió La Moneda, no solo institucional sino también arquitectónico, fue el bombardeo de 1973, que la dejó en muy mal estado. Después vino su restauración, por lo que una parte importante del edificio corresponde a construcción antigua”, señala García. A su juicio, es positivo que se realicen trabajos de conservación en un inmueble que, además, mantiene sus puertas abiertas al público de manera permanente.

Jorquera coincide y destaca que “el Estado lleva, al menos, un par de décadas invirtiendo de manera importante en intervenciones de edificios patrimoniales, ya sea para conservarlos, como en este caso, adaptarlos a necesidades contemporáneas o darles nuevos usos”. Sin embargo, advierte que aún existe una deuda pendiente: focalizar con mayor fuerza los esfuerzos de conservación en la ciudad de Valparaíso.

“Yo creo que ahí es urgente. Hay una área importante de la ciudad que es Patrimonio de la Humanidad que está muy deteriorada y tiene muchos edificios emblemáticos que podrían ser rehabilitados”, concluye. 

Periodista, magister en Cine Documental de la Universidad de Chile; con experiencia en medios de comunicación escritos y audiovisuales como El Mercurio, La Tercera y Canal 13. Fue editor de contenidos del canal de televisión de la Universidad de Chile, Uchile TV,   En 2015 dirigió el cortometraje documental “Salvador”, ganador del fondo audiovisual para post producción y estrenado en 2017 en el festival Docfeed de Holanda. En 2022 publicó el libro de crónicas "Días de Fuego: doce semanas de revuelta social en Chile" en  la editorial Ril.